jueves, 27 de junio de 2013

RIADAS DEL GUADALQUIVIR. SEVILLA

Sevilla Insólita
FotoEl Callejón de la Inquisición (1934).

Muy pocos a menos de 4-5 metros de altura lograban escapar a los temidos "desvelos" del Guadalquivir.

He aquí una de las calles más famosas de Sevilla, y no por su buen comer o vistas. Se trata del Callejón de la Inquisición, el cual vemos anegado durante la riada de 1934. Patente queda la fuerza del agua en la valentía con la que traspasa la arquería para inundar nuestra posición.

Con 35 metros de longitud, conecta la calle Castilla -eje vertebral de Triana- con el Paseo de la O. Nosotros nos ubicamos en la entrada, concretamente en la afluencia con la calle Callao. La reducida panorámica nos desvela la antigua chimenea de la Fábrica de Gas en Arjona.

La denominación de esta callejuela claramente responde a su inmediata cercanía al Castillo de San Jorge.
Los apelativos de esta fortificación han ido variando a lo largo de los siglos conforme cambiaba de inquilinos. Erigido en época visigoda, se le conoció primitivamente como de Triana. Con la llegada islámica, fue levantado de nuevo según las exigencias del momento; velar por un paso seguro a través del Puente de Barcas (1771). Con la toma castellana (1248), sus llaves fueron entregadas a la Orden militar de San Jorge en 1280 hasta que abandonó el edificio en 1480.

Desde 1481 y hasta 1735, con el intervalo 1626-1636, sus muros fueron utilizados como sede del Santo Oficio, cárcel de herejes y tribunal de la Santa Inquisición.

Según cuentan las crónicas, los reos que eran conducidos por este recorrido iban o bien a la cárcel para ser juzgados, o a la hoguera para ser condenados.

Durante siglo y medio fue el único resto del Castillo, hasta que en 1992 con motivo de la demolición y posterior rehabilitación del Mercado de Triana, aflorasen los muros de la antigua fortificación.

Como constatan en la imagen, ni los sacros edificios ni las piedras marciales podían ofrecer resistencia alguna ante el empuje de las aguas.

Respeto por un ser vivo hoy sedado y cuidado actual por un enfermo en estado grave. Nuestro Guadalquivir río de vida. 
Fuente: Sevilla Insólita.                                                                                                              

  








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